Somos conscientes que los ajustes en el mercado laboral y en la sociedad implican cambios en la forma de aprender y de transmitir el aprendizaje, por ello creo que los profesores deberemos convertirnos en facilitadores y constructores de conocimiento. No creo que nuestra figura se transforme en un simple intermediario, pero sí en un creador de metodologías para que la información llegue a los estudiantes de la forma más efectiva.
No es necesario que un maestro o una persona dedicada a la enseñanza sepa absolutamente todo como sí se tratase de una máquina, debemos formarnos continuamente y permanecer actualizados ya que la sociedad, la economía y todo lo que mueve nuestro entorno y nuestra vida, cambia como es el caso de la tecnología. Al igual que considero que los estudiantes no deben permanecer en una posición de simples receptores, no creo que los profesores debamos ser sólo generadores de conocimiento. Pero desgraciadamente el mundo laboral es cada vez más exigente y duro, por ello en muchas ocasiones, estudiantes de universidad salen sin preparación para lo que les espera en ese entorno hostil. Reciben información y aprendizaje durante años pero muchos de ellos no saben aplicarlo y por esto se puede llegar a insinuar que las personas dedicadas a la educación se conviertan en generadores de aprendizaje al servicio del mercado .
Obviamente esto se observa desde una posición para beneficiar al sistema ofreciéndole obreros de calidad, con la formación necesaria para comenzar a trabajar rápido y de forma correcta, pero no debemos olvidar que nuestra profesión no se reduce solo a esto.
No debemos crear el aprendizaje para los alumnos sino que ellos deben fabricarlo siendo nosotros quienes se lo facilite.
También tenemos la misión de educar en emociones, para darle la educación con respeto, confianza, disciplina y cariño.
Hay que pensar que nuestro objetivo no es crear buenos profesionales únicamente, para mí lo más importante es formar a buenas personas. Es decir, unos grandes ciudadanos capaces de preocuparse por la sociedad y por tratar de mejorarla de forma responsable y empática.
Puede que el sistema quiera unas personas con las características de una máquina: que no enfermen, que nunca se equivoquen, que sepan hacer todo a la primera... Pero somos seres humanos y aprendemos continuamente a lo largo de nuestra vida, desde que nacemos hasta que morimos.
Los maestros, profesores y tutores no debemos caer en esta reclamación sino continuar con nuestra misión principal. No somos productores de contenido, somos facilitadores de conocimiento, el cual no sólo valdrá para el mundo laboral, también influirá en todos los entornos de la persona.
Desde luego, yo como educadora y (sí se cumple este sueño) futura profesora, buscó educar a personas que sean así de adultas:
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