¿Alguien pudiera pensar en la desaparición de la escuela como referente del saber y sólo como referente de la certificación del saber?

Supongo que no es tan descabellado para algunas personas pensar que las nuevas tecnologías ofrecen una personalización que el antiguo sistema no era capaz de ofrecer y por ello algunos lugares de aprendizaje como son las escuelas, o cualquier otro centro educativo, puede estar abocados a la desaparición.

Según el escritor Alvin Toffler, es cuestión tiempo que esto suceda pues las formas de aprendizaje están condenados a la evolución sino queremos que el ser humano se ha superado por la tecnología que él mismo ha creado.

Esto ofrece la oportunidad de realizar un amplio y variado debate, pues la escuela no solamente es un lugar de aprendizaje y conocimiento, también es un espacio donde están las personas preparadas para transmitir dicho aprendizaje. 

Sin embargo, hay personas que se han tomado muy a pecho las palabras de este escritor futurista y no debemos de olvidar que se trata de un hombre que escribe ficción, por lo que esta idea que afirma no deja de ser una especulación. Él señala que la escuela tradicional ya no responde a las necesidades de nuestra sociedad y obviamente la innovación tecnológica y una educación personalizada serán los pilares de las próximas metodologías y pedagogía es que se llevaron a cabo en los centros educativos pero están implica la destrucción del sistema tal y como le conocemos, simplemente habrá cambios bastante notables.

Hay forma de contraatacar los argumentos de Toffler mientras se tenga un mínimo de información y conocimiento del sistema educativo.

• Por ejemplo, afirma que la educación on-line será totalmente gratuita pues no será necesario mantener los espacios, edificios y los trabajadores relacionados con la educación, sin embargo en un sistema socioeconómico capitalista, es algo difícil de imaginar pues siempre se trata de hacer negocio con cualquier variante (sanidad). Eso implicaría que muchas empresas beneficiarias no estuviese no favor de la nueva modalidad y su poder adquisitivo pondría en jaque los cambios propuestos por el escritor. Actualmente tenemos escuelas privadas y concertados que son controladas como un negocio, pero también tenemos cientos de cursos en línea que cuestan dinero, es decir, que sea través de internet no implica que sea gratis.
• Por otro lado, expone que la neurociencia está de su parte mientras que con una ligera búsqueda, la mayoría de los neurocientíficos afirman, en términos muy generales, que el espacio físico dedicado a la educación es de vital importancia ya que no se trabajan solamente contenidos o materias, sino también emociones, habilidades y aptitudes, las cuales son necesarias para trabajar ambos hemisferios del cerebro y adquirir el conocimiento. 
• Por último habla de la desaparición de las agresiones físicas y del bullying pero olvida el acoso actual que tanto nos preocupa y es el que transcurre a través de Internet y de las redes sociales. Éste es mucho más difícil de identificar y de detectar.

Tras estos control momentos podemos llegar a la conclusión de que Toffler sea basado en una ficción idealizada muy habitual en sus libros, pero un público muy reducido y ruidoso se ha hecho eco de estas afirmaciones para tratarlas como una realidad científica. (Simplemente, creo que se han tergiversado sus palabras y sus discursos)

La escuela como espacio no puede ser sustituida, pero tampoco la misión del profesorado. Los maestros, los educadores, los profesores o los tutores no son máquinas programadas para transmitir información, luego desconectarse y cargar su batería en casa. Son personas con una vocación por la enseñanza, las cuales están preparadas para multitud de adversidades relacionadas con el alumnado. Nuestra misión no es sólo enseñar materias, sino también trabajar como personas dedicadas a la felicidad y al correcto desarrollo socioafectivo de los niños y niñas. Aún no se ha creado una inteligencia artificial capaz de transmitir sensaciones y sentimientos humanos auténticos, por lo tanto, un robot o un androide no sería capaz de ponerse en el lugar de un adolescente que atraviesa una complicada etapa, simplemente calificaría su resultados como una calculadora.

Jamás hay que olvidar la parte humana de todo oficio: el trato con las personas.

Fuente: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2013-02-18/asi-sera-la-escuela-del-futuro-si-no-desaparece-antes_208621/